domingo, 17 de mayo de 2015

Pase lo que pase la tristeza estará presente en El Cerrú


Partido histórico en Puertollano. El club más emblemático de la provincia de Ciudad Real, el más laureado y, probablemente, el más respetado, jugará su último partido como la institución creada en 1948. Es un histórico de España que va a terminar su andadura por cuestiones que no vienen al caso pero que están muy presentes en este fatídico fútbol moderno.

El Calvo Sotelo de Puertollano es todo un mito vivo en la mentalidad de todos los que amamos el fútbol de nuestros pueblos que hoy, precisamente y lamentablemente, contra el Daimiel, otro club afectado por este fútbol moderno, se despide de sus aficionados tal y como lo hemos conocido durante 66 años.

Calvo Sotelo-Daimiel, una historia de enormes vínculos
Calvo Sotelo, Puertollano Industrial, UD Puertollano o CD Puertollano, denominaciones con las que se conoce a un mismo club, tiene una historia de enorme vinculación con el Daimiel CF, ahora Daimiel RCF. Para los daimieleños el fútbol de Puertollano, el Calvo Sotelo, siempre ha sido un espejo donde mirarse, porque si hay una localidad de la provincia donde el fútbol, el equipo del pueblo, sea una religión, esa es Puertollano. Lo tuve ocasión de comprobar en el fantástico año que pude disfrutar ejerciendo mi labor docente en el Colegio Salesiano de Puertollano.

Si hay un club en esta provincia donde se le ha dado lustre y se ha valorado en su justa medida al Trofeo Decano de Castilla-La Mancha, el de la Uva y el Vino de Daimiel, ese ha sido siempre el Calvo Sotelo de Puertollano. Así queda expuesto en esa biblia del fútbol provincial que es el libro de Luis F. Pizarro, "Fútbol y Sociedad en Puertollano en el siglo XX". En Puertollano se ha llegado a exhibir, en plena Fuente Agria, el trofeo conquistado en Daimiel como reclamo para hacerse socios. Eso es síntoma del respeto de Puertollano al Trofeo de la Uva y el Vino.

Los calvosotelistas estuvieron presentes en las primeras cuatro ediciones, 1968, 1969, 1970 y 1971, las dos primeras como At. Calvo Sotelo, el equipo filial (que estaba en Tercera división), la tercera con una mezcla del primer equipo y el amateur y en la cuarta, por fin, con el primer equipo. En 1970 y 1971 fueron campeones, al igual que en 1974, viajando a Daimiel con el equipo que al final de la temporada ascendía a Segunda División.

Las relaciones de un Daimiel que renacía a finales de los años 60 de la mano de Víctor Cejudo con los rectores calvosotelistas eran tremendamente estrechas. Jugadores puertollanenses como Machuca, Calatrava, Zornoza, Dueñas, Sebas, Cerezo, Veri, Guillermo o Harry encontraban acomodo en el Daimiel de Regional para foguearse y regresar, curtidos, al Calvo Sotelo. Del lado daimieleño dos jugadores dejaron huella en las filas del juvenil del Calvo Sotelo, el portero García-Rayo pero sobre todo un centrocampista que llegaría a jugar en Segunda División con el Castellón, Saturnino Ruiz.

Los primeros enfrentamientos oficiales
La llegada de la España de las Autonomías, en los años 80, el abandono del patrocinio de Empetrol, luego Repsol y la llegada de la época dorada del fútbol daimieleño, originaron los primeros enfrentamientos oficiales entre el Calvo Sotelo y el Daimiel, vividos con auténtica pasión porque, años atrás, era una auténtica quimera que el Daimiel se enfrentara al buque insignia de la provincia. Una afición que estaba acostumbrada al carrusel de los partidos de la radio y que asistía con impaciencia a las conexiones donde jugaba el Calvo Sotelo.

La inauguración de la luz artificial en el Nuestra Señora del Carmen fue ¡como no! ante el Calvo Sotelo de Puertollano en un día entresemana y en medio de una enorme granizada. Eran pruebas de la amistad entre ambos clubes.

Recuerdo la primera vez que visité Puertollano. Fue, por supuesto, con motivo de un partido de fútbol, entre el Calvo Sotelo, de Segunda B y el Daimiel, de Tercera división en el recién creado Trofeo Diputación. El partido se disputó en el Cerrú, Campo de Empetrol, como se denominaba oficialmente, y me dejó impactado la majestuosidad que por aquel entonces ya presentaba un Estadio con gradas a todo alrededor del terreno de juego; con las banderas de los rivales ondeando en el lateral de enfrente de tribuna; con aquellas columnas pintadas de amarillo y negro que hacían cierta referencia al complejo industrial de al lado; aquella bocana de vestuarios, estrecha y angosta, que debía ser un suplicio para todo rival; y el césped, ese maravilloso césped que en Daimiel, por aquel entonces, mediados los ochenta, no era más que una aspiración que no llegaría hasta el ascenso a la Segunda B. Un campo que rezumaba historia por todos los lados.

Luego vino, quizá, la segunda Edad de Oro de Puertollano con las Copas Federación, con un daimieleño que es historia en Puertollano, como Pedro Sánchez de la Nieta, ganador de una  de las tres Copa Federación que atesora el Puertollano y un ascenso a Segunda B; los partidos de pretemporada del Puertollano en Daimiel, para aprovechar las dimensiones del Estadio y ser el Daimiel un digno sparring gracias a las buenas relaciones que siempre existieron. Las nuevas cesiones desde Puertollano, como las de Rubén Gómez o ese gran jugador como es Valdivia.

Un pequeño homenaje de respeto a la Historia del fútbol provincial
El partido de esta tarde en Puertollano es demasiado triste. Se va un equipo histórico a nivel nacional, pero su espíritu, que nadie lo dude, va a continuar. Pase lo que pase será un día triste. Hay aficionados del Daimiel que han solicitado que el Daimiel RCF le haga un pasillo a los jugadores del Puertollano que tan dignamente han defendido a su club esta temporada a sabiendas de que el final de la desaparición parecía irremediable. Un diez a todos ellos.

Sin duda los jugadores del Puertollano querrán despedirse con una victoria, pero, lamentablemente, el Daimiel la necesita, precisamente, para sobrevivir. Es como aquel soldado que se parapeta en otro que yace en el suelo por una bala perdida. El Daimiel necesita la victoria, solo le vale ganar, y a por ella irá al que es, sin duda, el mejor campo de fútbol de nuestra Tercera división. Un estadio majestuoso. 

Si se produce, que sea una celebración austera y respetuosa
Que el Daimiel homenajee al Puertollano haciéndole el pasillo antes del partido nos parece buena idea en recuerdo de una laureada historia futbolística que es la mejor de toda la provincia de Ciudad Real. Y desde luego, si el Daimiel consigue el triunfo, que está difícil por todos los condicionantes, y suena la flauta de la permanencia en la categoría, sí que pedimos desde estas líneas que jugadores, entrenadores, aficionados y directivos del Daimiel lo celebren de forma austera y respetuosa con la dignidad del rival que hay enfrente. 

Que si se ha de producir celebración, sea de puertas adentro, al menos en el vestuario o ya de camino a Daimiel, pero no sería de recibo hacerlo en un césped sagrado que presenciará las últimas horas del equipo más representativo de la provincia de Ciudad Real, para nosotros, siempre, el Calvo Sotelo de Puertollano.

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